El Instituto de la Salud del Suelo ha publicado un documental de 60 minutos, Living Soil, que recoge la historia -y la importancia- del movimiento de la salud del suelo.
Nuestros suelos soportan el 95% de toda la producción de alimentos, y en 2060 se pedirá a nuestros suelos que nos den tanta comida como la que hemos consumido en los últimos 500 años. Filtran nuestra agua. Son uno de nuestros depósitos más rentables para secuestrar carbono. Son nuestra base para la biodiversidad. Y están vibrantemente vivas, rebosantes de 10.000 libras de vida biológica en cada acre. Sin embargo, en los últimos 150 años, hemos perdido la mitad del componente básico que hace que el suelo sea productivo. Se calcula que los costes sociales y medioambientales de la pérdida y degradación del suelo sólo en Estados Unidos ascienden actualmente a 85.000 millones de dólares cada año.
Suelo Vivo recoge los antecedentes del actual movimiento por la salud del suelo y su impulso, comenzando con dolorosas imágenes del Dust Bowl, para pasar después a experiencias personales de mujeres y hombres innovadores que gestionan sus tierras para mejorar la salud del suelo.
La película presenta a agricultores rurales y urbanos de Maryland a California, que venden de todo, desde maíz a ramos de flores, unidos por su cuidado de la tierra.
El documental está dirigido por Chelsea Myers, fundadora de Tiny Attic, una productora de vídeo de Columbia, Mo., especializada en documentar momentos y personas reales.
Para ver el documental, visita https://livingsoilfilm.com.
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