Por Mojtaba Zaifnejad, PhD
Cuando los fertilizantes aplicados benefician la salud del suelo y el crecimiento de las plantas, y están fácilmente disponibles para ellas, se dice que son biodisponibles. El grado de biodisponibilidad de los nutrientes y fertilizantes aplicados al suelo y a las plantas determina su eficacia para mejorar la salud del suelo y el rendimiento de los cultivos.
Además del enfoque de las 4 erreslos factores que afectan a esta biodisponibilidad de nutrientes minerales incluyen, entre otros, el material parental de los fertilizantes; su estado de oxidación (entristecer) o reducción (alegrar) para las plantas; en qué tipo de soporte se montan (quelados o complejados); si llevan golosinas saludables (fuente correcta de carbonos) al huésped, sus hijos y trabajadores (microbios beneficiosos); y si esa golosina es duradera para todos. Si el invitado que viene (fertilizante) puede ayudar a los anfitriones (planta y suelo) a hacer frente a los malos vecinos (insectos, enfermedades, malas hierbas, etc.) y a las circunstancias adversas (sequías, inundaciones, viento, etc.), mejor aún.
Por cierto, el enfoque de las 4R se refiere a Fuente correcta, Tasa correcta, Lugar correcto y Momento correcto. Recuerda que vamos unos pasos más allá, lo que incluye el soporte adecuado (un autobús grande y lento frente a un Ferrari) que llamamos Tecnología Microcarbónica® (MCT), que incluye un montón de buenas golosinas (sustancias húmicas y ácidos orgánicos frente a algunas sales solamente).
Las sustancias húmicas (ácidos húmicos, ácidos fúlvicos, humatos, etc.) ayudan a estabilizar el entorno químico del suelo para las plantas. Ayudan a las plantas directa e indirectamente. Algunas sustancias húmicas hacen su buena acción cuando hay mucho hidrógeno alrededor, en condiciones ácidas (pH 1-4). Otras sustancias húmicas hacen un buen trabajo cuando hay hidrógeno-oxígeno (OH) alrededor, cuando el pH es superior a 9. Contar con estos dos tipos distintos de sustancias húmicas en la mezcla cubrirá las bases.
Algunos suelos agrícolas tienen muy pocos microbios buenos porque han sido alimentados sólo con sales, y en gran cantidad. No me malinterpretes, a todos -incluidos suelos y plantas- nos vendrían bien algunas sales. Tener muy pocos microbios buenos ha creado espacio para muchos microbios malos en parte del suelo agrícola. Esto hace que los cultivos que crecen en esos suelos tengan enfermedades y estén débiles. Las plantas débiles no pueden resistir los ataques de los malos del suelo y del aire (microorganismos patógenos) ni de insectos como pulgones, moscas blancas, etc. Añadir carbono y ácidos orgánicos a un medio de cultivo ayudará a aumentar el número de tipos buenos en los suelos y las plantas.
Nota al margen: dar el tipo de azúcar equivocado a un medio de cultivo puede invitar a los malos, así que haz los deberes.
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